Según
la autora se podrá decir que sí, es más, es el epicentro de todo el proceso
educativo y de los procesos de socialización, ya que es el nexo de unión entre
las personas. Sus calles, sus plazas y todos los lugares donde concurren innumerables
personas donde interactúan día a día unos con otros, generando así identidades
dentro de él.
Por
eso la autora hace especial hincapié en el poder transformador social del
municipio dentro de la ciudadanía y la labor que ejercen los Educadores
Sociales dentro de ella, como fomentadores de la animación y participación
social, para favorecer y promover una ciudadanía plena.
Se
debe tomar la ciudad como anteriormente se ha dicho, un espacio de cambio a
través de procesos educativos, donde quizás la educación formal es insuficiente
o mal organizada y gestionada para llevar a cabo esta labor.
Pero para poder alcanzar o por
lo menos poder iniciar estos procesos, lo que primero que se debería es
analizar con que recursos cuentan las ciudades que puedan ser utilizados por
los educadores sociales y si realmente se están dando el uso por los que fueron
creados, o se puede modificar para darle un uso y disfrute pleno a la
ciudadanía.
Por otro lado las políticas
y el modelo a seguir de participación social, deben ir encaminadas a dar
respuesta a las peticiones de la ciudadanía, donde participen activamente en
las decisiones de su municipio, donde hagan un uso de todas las instalaciones y
asociaciones, para generar ese sentimiento de identidad con el municipio,
generar una cultura común a todos, donde todas las personas independientemente
de su origen o rasgos físicos sean ciudadanos activos de la misma.
Estos procesos educativos
no deben ir de la mano de una necesidad de recursos a gran escala, por ejemplo
los municipios de escasos recursos, deben buscar la forma de gestionarse culturalmente
con los recursos que poseen y además generar redes de participación con los
municipios aledaños. Que necesidad existe de tener recursos como bibliotecas de
baja calidad o equipamientos deportivos deficientes, si se pueden crear
colaboraciones con sus municipios vecinos para realizar una repartición de los
recursos, generando por un lado calidad estructural y por otro lado calidad
educativa, además de generación de contextos sociales participativos y colaborativos.
La cultura como contenido
educativo de la Educación Social
Podría
decirse, que la herramienta con la cual trabajan la Educación Social, es la
transmisión y generación de cultura, para ello, no solo se va a centrar en la
edad infantojuvenil, sino que lo va a realizar con la totalidad de la
ciudadanía independientemente de sus rasgos personales. Por ello los Educadores
Sociales tendrán una doble misión, por un lado hacer uso de las herramientas
públicas que están a su mano y por otro lado y ayudados con ello, impulsar el
desarrollo de la ciudadanía y de su cultura.
Ahora
la Educación Social, se enfrenta a buscar el significado de qué es cultura.
Cultura no es solo las grandes obras artísticas y literarias, donde es
poseedora por parte de las élites y donde la ciudadanía, con un poco de suerte
y bajo una vana instrucción hace un uso de meros espectadores. Cultura es todo,
y desde la Educación Social se debe fomentar y transmitir, ayudar a la ciudadanía
a demás de hacer un uso y disfrute activo de las grandes obras artísticas y literarias.
Propiciar la generación de sus propias producciones culturales, las cuales no
serán menos importantes que las otras, solo serán diferentes. Por otro lado
debe enseñar a manejarse entre las nuevas formas de vida, una persona en la
época la cual vivimos debe saber manejar los recursos tecnológicos que estén a
su alcance.
Pero
los Educadores Sociales no deben caer en perpetuar la cultura occidental y propiciar
más aun el etnocentrismo; sino que deben tener en cuenta toda la diversidad
cultural existente, teniendo presente su validez en su totalidad. Para ello
deben tener presente dos conceptos básicos, la democratización cultural y la
difusión cultural, es decir, una cultura de todos y todas, una cultura para
todos y todas, sin olvidar su propia identidad cultural que les caracterizan.
La nueva participación social de los ciudadanos en los
municipios, debe realizarse de una forma totalmente activa, en la que ellos
sean participes de las decisiones que les incumben como miembros de esa
sociedad. Se debe generar a través de procesos educativos a largo plazo,
totalmente estructurados y diseñados, para que las personas, asociaciones y los
propios políticos trabajen para buscar un bien común, estos procesos educativos
tienen su base en la participación activa de todos los agentes intervinientes.
Para ello desde las instituciones publicas, deben
realizar un compromiso con la ciudadanía, abriendo sus puertas para que el
tejido social, formen parte de esas tomas de decisiones. Por otro lado nos
encontramos con la Educación Social, la cual es legitimada por los estamentos públicos,
para generar proyectos educativos, ayudando a través de ellos a una
participación activa y responsable dentro del municipio.
Los equipamientos públicos como punto de partida de la
participación social.
Los
equipamientos públicos, y más aun los centros cívicos deben ser lugares físicos
de generación de participación ciudadana. En ellos las personas deben sentirlo
como algo que es de todos y a las vez propio, donde puedan ir cuando les
plazcan hacer uso de ello, o simplemente a conseguir una información de
calidad.
Las
programaciones y asociaciones que en ellas confluyan, no deben ser de carácter cerradas
ni acotadas, por el contrario deben realizarse de tal forma que
independientemente de la procedencia, edad y demás rasgos que les caractericen
sean incluidos de ellos. Por otro lado toda la oferta allí generada, debe salir
de esas cuatro paredes para extenderse por toda la totalidad del municipio,
generando con ello el desplazamiento entre los diferentes barrios del
municipio, pudiendo crear espacios donde así todos los ciudadanos generen
relaciones, evitando con ello núcleos independientes.
Además,
no se debe caer en programas donde los ciudadanos sean meros consumidores, sino
que a través de procesos educativos a largo plazo, sean ellos los que puedan
generarlos.
Para
alcanzar estos objetivos y no fracasar en el intento, se debe realizar un
estudio pormenorizado de las características del municipio, para posteriormente
realizar un plan totalmente de tallado de los objetivos, finalidades, recursos
con los que se cuenta, donde y como se va a realizar y todas las demás
características básicas, para poder así generar proyectos bajo una línea
general de trabajo perpetuada en el tiempo.
Marí Ytarte, R (2009): Ciudadanía y educación social. Contextos y espacios profesionales. Toledo, UCLM.
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