martes, 22 de mayo de 2012

Espacios de cultura en la ciudad

El municipio, ¿espacio educativo?

            Según la autora se podrá decir que sí, es más, es el epicentro de todo el proceso educativo y de los procesos de socialización, ya que es el nexo de unión entre las personas. Sus calles, sus plazas y todos los lugares donde concurren innumerables personas donde interactúan día a día unos con otros, generando así identidades dentro de él.

            Por eso la autora hace especial hincapié en el poder transformador social del municipio dentro de la ciudadanía y la labor que ejercen los Educadores Sociales dentro de ella, como fomentadores de la animación y participación social, para favorecer y promover una ciudadanía plena.

            Se debe tomar la ciudad como anteriormente se ha dicho, un espacio de cambio a través de procesos educativos, donde quizás la educación formal es insuficiente o mal organizada y gestionada para llevar a cabo esta labor.

Pero para poder alcanzar o por lo menos poder iniciar estos procesos, lo que primero que se debería es analizar con que recursos cuentan las ciudades que puedan ser utilizados por los educadores sociales y si realmente se están dando el uso por los que fueron creados, o se puede modificar para darle un uso y disfrute pleno a la ciudadanía.

Por otro lado las políticas y el modelo a seguir de participación social, deben ir encaminadas a dar respuesta a las peticiones de la ciudadanía, donde participen activamente en las decisiones de su municipio, donde hagan un uso de todas las instalaciones y asociaciones, para generar ese sentimiento de identidad con el municipio, generar una cultura común a todos, donde todas las personas independientemente de su origen o rasgos físicos sean ciudadanos activos de la misma.

Estos procesos educativos no deben ir de la mano de una necesidad de recursos a gran escala, por ejemplo los municipios de escasos recursos, deben buscar la forma de gestionarse culturalmente con los recursos que poseen y además generar redes de participación con los municipios aledaños. Que necesidad existe de tener recursos como bibliotecas de baja calidad o equipamientos deportivos deficientes, si se pueden crear colaboraciones con sus municipios vecinos para realizar una repartición de los recursos, generando por un lado calidad estructural y por otro lado calidad educativa, además de generación de contextos sociales participativos y colaborativos.

La cultura como contenido educativo de la Educación Social

            Podría decirse, que la herramienta con la cual trabajan la Educación Social, es la transmisión y generación de cultura, para ello, no solo se va a centrar en la edad infantojuvenil, sino que lo va a realizar con la totalidad de la ciudadanía independientemente de sus rasgos personales. Por ello los Educadores Sociales tendrán una doble misión, por un lado hacer uso de las herramientas públicas que están a su mano y por otro lado y ayudados con ello, impulsar el desarrollo de la ciudadanía y de su cultura.

            Ahora la Educación Social, se enfrenta a buscar el significado de qué es cultura. Cultura no es solo las grandes obras artísticas y literarias, donde es poseedora por parte de las élites y donde la ciudadanía, con un poco de suerte y bajo una vana instrucción hace un uso de meros espectadores. Cultura es todo, y desde la Educación Social se debe fomentar y transmitir, ayudar a la ciudadanía a demás de hacer un uso y disfrute activo de las grandes obras artísticas y literarias. Propiciar la generación de sus propias producciones culturales, las cuales no serán menos importantes que las otras, solo serán diferentes. Por otro lado debe enseñar a manejarse entre las nuevas formas de vida, una persona en la época la cual vivimos debe saber manejar los recursos tecnológicos que estén a su alcance.

            Pero los Educadores Sociales no deben caer en perpetuar la cultura occidental y propiciar más aun el etnocentrismo; sino que deben tener en cuenta toda la diversidad cultural existente, teniendo presente su validez en su totalidad. Para ello deben tener presente dos conceptos básicos, la democratización cultural y la difusión cultural, es decir, una cultura de todos y todas, una cultura para todos y todas, sin olvidar su propia identidad cultural que les caracterizan.

            La nueva participación social de los ciudadanos en los municipios, debe realizarse de una forma totalmente activa, en la que ellos sean participes de las decisiones que les incumben como miembros de esa sociedad. Se debe generar a través de procesos educativos a largo plazo, totalmente estructurados y diseñados, para que las personas, asociaciones y los propios políticos trabajen para buscar un bien común, estos procesos educativos tienen su base en la participación activa de todos los agentes intervinientes.

            Para ello desde las instituciones publicas, deben realizar un compromiso con la ciudadanía, abriendo sus puertas para que el tejido social, formen parte de esas tomas de decisiones. Por otro lado nos encontramos con la Educación Social, la cual es legitimada por los estamentos públicos, para generar proyectos educativos, ayudando a través de ellos a una participación activa y responsable dentro del municipio.


Los equipamientos públicos como punto de partida de la participación social.


            Los equipamientos públicos, y más aun los centros cívicos deben ser lugares físicos de generación de participación ciudadana. En ellos las personas deben sentirlo como algo que es de todos y a las vez propio, donde puedan ir cuando les plazcan hacer uso de ello, o simplemente a conseguir una información de calidad.

            Las programaciones y asociaciones que en ellas confluyan, no deben ser de carácter cerradas ni acotadas, por el contrario deben realizarse de tal forma que independientemente de la procedencia, edad y demás rasgos que les caractericen sean incluidos de ellos. Por otro lado toda la oferta allí generada, debe salir de esas cuatro paredes para extenderse por toda la totalidad del municipio, generando con ello el desplazamiento entre los diferentes barrios del municipio, pudiendo crear espacios donde así todos los ciudadanos generen relaciones, evitando con ello núcleos independientes.

            Además, no se debe caer en programas donde los ciudadanos sean meros consumidores, sino que a través de procesos educativos a largo plazo, sean ellos los que puedan generarlos.

            Para alcanzar estos objetivos y no fracasar en el intento, se debe realizar un estudio pormenorizado de las características del municipio, para posteriormente realizar un plan totalmente de tallado de los objetivos, finalidades, recursos con los que se cuenta, donde y como se va a realizar y todas las demás características básicas, para poder así generar proyectos bajo una línea general de trabajo perpetuada en el tiempo.


Marí Ytarte, R (2009): Ciudadanía y educación social. Contextos y espacios profesionales. Toledo, UCLM.

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