martes, 27 de marzo de 2012

La Servilleta de Picasso


              Este documental se hace llamar “La Servilleta de Picasso”, por una anécdota protagonizada por Picasso dentro de un restaurante, cuando al pedir la cuenta le entrega a la camarera un dibujo pintado por él, pidiendo esta que si se lo podía firmar, a lo que al artista la contesta, “señora estoy pagando el almuerzo no el restaurante”. En esta acción protagonizada por Picasso, se puede ver el poder del arte y la representación económica, política que conlleva dentro de la sociedad.

En este documental nos quieren hacer ver que el arte y la cultura no es inocente, que no es solo mero trabajo manual el cual nos puede gustar mas o menos, si no que tiene en ocasiones innumerables trasfondos que pueden repercutir en la sociedad de una forma u otra. Los trabajos artísticos tienen el poder ser visionarios de la propia sociedad y de los acontecimientos que están sucediendo y quizás no se ven, además tiene otro gran poder, realizar cambios en la misma.

Con toda esta fuerza que posee el arte, el documental nos muestra las continuas estrategias de los diferentes estamentos para controlar ese dominio. Ya que los poderes públicos y privados, saben que si pueden controlar o llevar el arte por sus caminos de conveniencia, pueden llegar a mitigar esa fuerza que supone el arte sobre la sociedad.

Por otro lado, nos habla de el uso que se esta dando al arte hoy en día, ya que se esta usando como bien económico, dejando de lado la parte cultural, artística y simbólica. Las personas van a los museos a ver las obras movidos por tendencias actuales, como si de un simple pantalón o zapatos se tratara, no a disfrutarlas como lo que son, arte y cultura. En otra cara, tenemos a los propietarios, los cuales hacen uso de ellos como inversión quedándose muchas de ellas relegadas en un cuarto de baño de algún que otro magnate, los cuales las observaran como de la etiqueta de un champú se tratase.  

Por eso desde la Educación Social, debemos hacer una labor educativa de expansión y conocimiento del arte, para que las personas disfruten de esas obras y reclamen el poder que tienen sobre ellas, ya que el arte es para la ciudadanía y no un bien de valor económico. Para ello debemos educar a la sociedad en las diferentes materias artísticas; desde nuestros proyectos deben buscar ese objetivo y no hacer un uso de ello para realizar una mera distracción ante conductas que se deseen modificar. Ya que si se realiza de forma no adecuada, lo único que se hará es perpetuar ese poder que ejercen los poderes superiores sobre la cultura, perdiendo el pueblo esa legitimación y poder de cambio que posee.



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